27 de noviembre de 2014

Reseña: La importancia de llamarse Ernesto - Oscar Wilde.

LA IMPORTANCIA DE LLAMARSE ERNESTO

Título original: The Importance of Being Earnest.
Autor: Oscar Wilde.
Fecha de publicación: 1895.
Editorial: Edimat Libros.
Páginas: 124.

Sinopsis:

"La importancia de llamarse Ernesto se estrenó en Londres, en 1895, con un subtítulo clarificador: "Comedia banal para gente muy seria".

Toda la obra es un gran juego de acciones y lenguaje, aprovechando los dobles sentidos de las palabras y las significaciones sociales de los términos. La puesta fue todo un éxito que se vio empañado por el escándalo propio de una sociedad puritana y cruel, deseosa de ver caer al hombre que se había atrevido a cuestionar las bases y principios de esa misma sociedad."


Ah, esto es excelente para leerlo en una tarde de total tranquilidad y ocio. O me parece a mí que es así porque fue en esa misma situación que lo leí. No lo sé, pero el caso es que debe ser leído.

Es una comedia, pero es una comedia tan... elegante, que no necesita recurrir a lo vulgar para dejar clara su crítica a la sociedad. Me reí mucho, entre dientes y desde la garganta, con ese tipo de risa discreta y un poco silly. Hubo momentos en los que tenía que detenerme para poder pensar y reírme de lo que acababa de leer, porque era demasiado como para pasarlo por alto. Algunas de sus quotes incluso las adopté para mi uso diario, desde hace tiempo, porque esta obra la leí hace uno o dos meses.

¿Qué me gustó? Bueno, difícilmente puedo nombrar una sola cosa. Esto fue lo primero que leí de Oscar Wilde, y me gustó muchísimo su humor a veces amargo y su manera, no sólo de criticar, sino de plantear esas críticas adecuadamente. Qué hombre tan brillante. Lo que no me gustó es que muchas cosas se pierden en la traducción, como el título, que en español no es nada especial, pero que en inglés sí tiene un doble sentido (Ernest-Earnest). Aún así la obra se disfruta, pero he estado pensando en releerla algún día en inglés, sólo para ver de qué otras cosas puede haberme perdido.

¿Los personajes? Fantásticos, no sé qué más puedo decir de ellos. Son la personificación de todos los estereotipos en la sociedad de ese entonces, pero que más que resultar fastidiosos pueden provocar empatía en quien los lee (o en quien los ve, si es en el teatro). Pude encariñarme con ellos, en lo breve de la obra, sin problema alguno.

Cien por ciento recomendado.


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